domingo, junio 29, 2008

Historias del correo: Encomienda sorpresa y tazas rotas

En mi primer trabajo, cada vez que me enfermaba y no podía ir a la oficina pasaba algo extraño. No eran problemas de trabajo ni con los clientes, solamente sucesos fuera de lo normal.

Por ejemplo en el primer proyecto en el cual trabaje, me hice muy amigo de la persona que se encargaba de soporte al usuario de la empresa en Estados Unidos. Me conto que tenían en un deposito unas tazas con el nombre del proyecto, ya que era un producto de uso masivo y le dije que gestione para que manden algunas para acá.

Unos días antes de mi cumpleaños me enfermé. Justo ese día me llamaron diciendo que llego un paquete para mí con el nombre de la clienta. Yo pensé que eran las tazas y les dije que lo reciban (El tema era que Fedex pedía 300 pesos que es lo que habían cobrado la aduana).

Quince minutos luego me llama un compañero diciendo que los contenidos del paquete eran algo personal, que era para mí y que era una sorpresa. También me comento que escucho decir a uno de los jefes que tenía que pagar yo los 300 pesos, lo cual no me causo mucha gracia.

Luego de que me recupere volví y había en mi escritorio una caja de un monitor LCD. Realmente me emocione pero eso fue una broma de mis compañeros, que habían puesto la el paquete adentro de la caja del monitor, con una hoja impresa con la conocida imagen de Nelson (personaje de los Simpsons) diciendo “Ha ha”.

Adentro de la caja había un montón de pequeños regalos de la clienta de Estados Unidos por mi cumpleaños. Me había mandado un montón de chocolates (los cuales compartí), un CD del guitarrista Joe Satriani, un CD de una cantante amiga de ella, una remera de una cervecería que me quedaba chica (ahora que recuerdo la tiene una ex novia, maldición), una polvo para cocinar una Cheesecake instantánea, unos fideos con salsa para calentar por microondas, un café muy raro, una sopa instantánea de papa, un gel de chocolate energizante y alguna que otra cosa más que no recuerdo.

Fue muy emocionante y grato recibir esto, realmente me sorprendió, fue el primer regalo personal de un cliente que recibí (y el único hasta hoy). Luego de unos días me dijeron que los 300 pesos los pagaba la empresa ya que era lo que correspondía por ser un regalo empresarial aunque de carácter personal.

Luego de unos meses, volví a enfermarme y me volvieron a llamar. Había otra encomienda, esta vez si eran las tazas, pero de 12 sobrevivieron 3 nada más (y con bastantes rayones). Ahora que estoy en otra oficina las extraño.

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